martes, 30 de abril de 2013

Diez misterios sin resolver sobre el papel higiénico El Elefante



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abril 28th, 2013 | Escrito por Jorge Diaz en Costumbres EGB
Si ya habías nacido a finales de los años 70, seguro que lo has sufrido en silencio y en el baño de tu casa. Sí, la experiencia de limpiarse con el papel higiénico El Elefante es de las que no se olvida y una de esas cosas que agradecemos enormemente que hayan evolucionado. ¿Acaso alguien lo echa de menos?
Pero hay un montón de preguntas sin respuesta que envuelven a este mítico papel higiénico. Hoy hemos recopilado diez grandes misterios a ver si entre todos somos capaces de buscarles una explicación.

¿Por qué le llamábamos así?

Efectivamente, aunque todos nos referíamos a él como papel Elefante no aparecía este nombre escrito por ninguna parte por lo que me empiezo a cuestionar si realmente era ese su nombre. Le podíamos haber llamado ‘Hojas’, ’400′ o incluso ‘Patentado’ que es lo único que se podía leer en el envase. Pero a todos nos gustó más el nombre de Elefante.

¿Por qué un Elefante?

Por más vueltas que le he dado toda mi vida no encuentro ninguna conexión entre el papel higiénico y un elefante. Y además de color rojo. Se aceptan sugerencias.
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¿Por qué 400 hojas?

Lo de las 400 hojas también me descoloca un poco, lo podría entender si fuera como los rollos actuales que llevan marcados una serie de rayas de corte, pero estos eran un rollo de papel completamente liso. ¿Se referirá a 400 usos? Si es así me parecen demasiados para un solo rollo, ¿no?

¿Por qué era de color marrón?

Parecía que trataba de camuflar las manchas cuando en estos casos se trata de todo lo contrario. Mucho mejor blanco.
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¿Por qué era tan áspero?

No me creo que no existiera un tipo de papel un poco más suave con el que lo podrían haber hecho. Lo siento, no me lo creo. Lo hicieron adrede para putear.

¿Por qué dos caras diferentes?

Una de sus caras era brillo y la otra mate y uno nunca sabía cual de las dos era la correcta. Como cuando ibas a revelar las fotos y te preguntaban ¿brillo o mate? y nunca sabías qué responder. Tenía que haber elegido brillo.
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¿Por qué se vendía en unidad?

Hoy nos resulta muy difícil imaginarnos ir a una tienda y comprar solo un rollo de papel higiénico, cuando lo normal es comprar un paquete de 12, 24 ó 36 unidades y aún así quedarse corto. Creo que lo poco placentero que resultaba la experiencia tiene mucho que ver en que un solo rollo durara tanto. Esto y que supongo que cuando salió sería un artículo de lujo.

¿Por qué el celofán no lo envolvía entero?

Ese celofán amarillo que lo cubría me imagino que servía para protegerlo, pero dejaba la parte superior e inferior del rollo completamente al descubierto. Seguro que el que te hayas encontrado un paquete de rollos en el super con una esquinita abierta ya ha sido suficiente motivo para no comprarlo. Muy poco higiénico lo de este papel.
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¿Por qué había dos tamaños?

Si pensabas que la anchura del papel higiénico era estándar te equivocas, este papel se presentaba en dos formatos: el normal y uno más ancho, un extra especial para manazas o culo gordos. ¿Era necesario?

¿Por qué todavía existen rollos?

Si el papel Elefante desapareció del mercado hace aproximadamente 30 años no consigo entender cómo todavía se pueden conseguir unidades a la venta. ¿A quién le da por guardar un rollo de papel higiénico para la posteridad?


Diez misterios sin resolver sobre el papel higiénico El Elefante - Yo fui a EGB:

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Receta de muffins de chocolate y nueces


Receta de muffins de chocolate y nueces

En casa para desayunar siempre me gusta tener algo tipo bizcocho, ya sean magdalenas, cakes o muffins como estos de hoy con chocolate y nueces que están deliciosos. La receta está adaptada de una que aparece en la revista Lecturas y es muy sencillita, así que cualquiera puede hacerla.
Si no os gustan las nueces podéis cambiarlas por otro fruto seco como las avellanas, o si no sustituidlas por más perlitas de chocolate, es otra opción totalmente válida. Recordad tener los ingredientes a temperatura ambiente para evitar que la masa se corte.

Ingredientes para 20 muffins

  • 125 g de mantequilla en punto pomada, 225 g de azúcar, 15 g de azúcar avainillado 2 huevos L, 270 g de harina de repostería, 16 g de levadura química (Royal), 150 ml de leche, 30 g de cacao en polvo, 70 g de pepitas de chocolate, 70 g de nueces peladas.

Cómo hacer muffins de chocolate y nueces

Calentamos el horno a 180º. En una bandeja para muffins si tenemos colocamos cápsulas de papel, si no las ponemos sobre la bandeja del horno. En un cuando batimos la mantequilla con los azúcares hasta que se vuelva cremosa. Agregamos los huevos uno a uno para que se integren bien y vertemos la leche poco a poco mientras seguimos batiendo.
Mezclamos con una unión tamizada de harina, levadura y cacao y unimos todo con una lengua hasta que nos quede una masa homogénea. Por último echamos las pepitas de chocolate y las nueces y removemos para que se repartan. Repartimos la masa en las cápsulas, llenándolas 3/4 partes de su capacidad y horneamos los muffins durante unos 15 minutos más o menos.
El tiempo de horneado dependerá de cada caso, aunque hay que dejarlos jugosos para que no resulten duros. Los sacamos del horno, dejamos durante cinco minutos en la bandeja y los pasamos a una rejilla para que se enfríen antes de consumirlos.
Receta de muffins de chocolate y nueces paso a paso

Tiempo de elaboración | 30 minutos
Dificultad | Baja

Esta receta de muffins de chocolate y nueces es perfecta para elaborar cuando quieres tener algo listo para el desayuno o la merienda y no tienes mucho tiempo. Se conservan muy bien en una lata como las de las galletas y para que estén jugosos recuerda no cocerlos demasiado tiempo, vigila el horno porque si se secan pierden toda la gracia.

En Directo al Paladar | Muffins de chocolate tibio. Receta





Ideas para Reciclar tus Latas de Conservas



Os mostramos con imágenes un montón de ideas para reciclar las latas de conservas o de refrescos. Con un poco de tiempo y buen gusto, podréis convertirlas en estupendos floreros, maceteros, farolillos para velas, organizadores, diferentes utensilios y mucho más.

Un saludo a todos desde Ecomania,
C&B

6 sencillas formas de romper los malos hábitos alimentarios


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La semana pasada, con el artículo de “5 suposiciones que a ningún nutricionista le hace gracia escuchar” escribía una frase con la que creo se transmite los verdaderos aspectos clave a la hora de mejorar la alimentación. La frase era la siguiente: “Manejar y saber hacer frente a obstáculos como la falta de tiempo, los eventos sociales o los hábitos alimentarios inculcados desde la infancia, es muchas veces, lo que realmente permite sentar las bases para un cambio real y duradero en nuestra alimentación.”
Y es que, muchas veces saber qué comer no es suficiente para llevar una buena alimentación. De hecho, muchas personas saben qué hay que comer más verduras y frutas, que no hay que priorizar alimentos precocinados, fritos y demás… pero simplemente no lo hacen. Hay muchísima información sobre qué comer y qué evitar, pero centrarnos en los patrones alimentarios es igual o más importante. Con esto queremos decir que no sólo debemos tener en cuento lo que comemos sino también cómo/cuándo/ por qué lo comemos.
Por ello, hoy vamos a proponeros 7 sencillas maneras de romper con los malos hábitos alimentarios:

1. Organiza la despensa y realiza la compra sin hambre

Comienza por despejar el armario de productos procesados ​​y de comida basura. Cuando nevera y despensa estén vacíos de estos alimentos, será hora de ir a llenarlos con alimentos de verdad. Pero el momento de ir a hacer la compra también es importante, ya que dependiendo del hambre que tengamos cuando hacemos la compra podemos llenar el carrito de unos productos u otros. Ir con el estómago lleno favorecerá que no nos veamos tentados a pasar por el pasillo de pastelitos, de patatas fritas y similares.

2. Sé previsor: programa tus tentempiés fuera de casa

Muchas veces con el ajetreo diario lo último en lo que pensamos es en prepararnos las comidas para llevarnos al trabajo, a clase o donde quiera que estemos. Así, al final la comida de medio día acaba siendo un bocadillo rápido de la cafetería más cercana o incluso una chocolatina o una bolsa de rosquilletas de una máquina expendedora. Por ello, para comer mejor y además ahorrar dinero, es recomendable gastar parte del tiempo en casa en prepararnos una mochilita en la que llevarnos las comidas del día.

3. Realiza pequeños cambios alimentarios

Para ir incorporando cambios progresivos en la alimentación, trata de cambiar aquellas opciones poco saludables por otras alternativas más saludables. Por ejemplo, en lugar de tomar una chocolatina entre horas escoge unos frutos secos; en la comida en lugar de patatas fritas, escoge guarnición vegetal; en lugar de beber un zumo azucarado opta por una pieza de fruta entera. Sé creativo, hay opciones más saludables para casi todo.

4. Come con conciencia

Ya os explicábamos hace poco porque comer viendo la televisión favorece que ganemos peso. Nos sentamos delante de la televisión y sin darnos cuenta, la bolsa de papas o de palomitas se ha volatilizado. Sentarnos en mesa sin ver la TV, masticar más veces los alimentos o incluso dejar los cubiertos en la mesa a cada porción que nos llevemos a la boca favorecerá que comamos más lentamente, tomando conciencia de lo que realmente ingerimos y haciéndonos que acabemos comiendo menos.

5. Utiliza platos más pequeños

Utilizar platos ligeramente más pequeños hace que para llenarlos tengamos que incorporar porciones más pequeñas de alimentos. Además, visualmente se agradece más ver un plato pequeño lleno que uno grande casi vacío.

6. Anota lo que comes

Llevar un registro con todo lo que ingerimos nos hará más conscientes de todo lo que comemos. Y es que, muchas personas se sorprenden al replantearse todo lo que comen y se asombran al ver que los alimentos poco recomendables que creían tomar de forma ocasional son casi parte del día a día (o viceversa, alimentos saludables que creían tomar asíduamente sólo aparecen de forma ocasional).